Otra de las cosas que no me gustaron alrededor de la final de la Eurocopa fue la cantidad de insultos racistas y xenófobos que recibieron los tres jugadores que fallaron los penaltis. Ellos son Marcus Rashford, de 23 años, Jadon Sancho, de 21 años, y Bukayo Saka, de 19 años. Tres jugadores muy jóvenes que han competido para defender los colores de esos mismos que les insultan y, además, aceptaron el reto de participar en una tanda de penaltis en que se juegan mucho. Se juegan tanto como ser la primera generación que gana esta competición en su historia.
Para mi los penaltis son un poco cara o cruz, por unos centímetros o por un poco más o menos fuerza, puedes pasar de la gloria al fracaso. Lo que yo me pregunto: ¿es llegar a jugar la final de un campeonato de selecciones, representando a tu país en algo que es tu pasión, realmente un fracaso? Que tu equipo llegue a la final de una gran competición y la pierda contra otro equipo que también ha estado muy bien, ¿es un fracaso?
Y de aquí derivo otra pregunta: fuera un fracaso o no, ¿merecerían estos 3 jugadores recibir ni tan siquiera un mensaje racista?
Pues yo creo que no y que no. No es un fracaso llegar tan lejos, aun no habiendo ganado. Y tampoco se merecen recibir ni un ápice de racismo. Nadie merece recibir tratos racistas. ¿Por qué deberían merecerlo? ¿Acaso algo tan arbitrario como nacer en un sitio u otro, de una familia u otra, es un motivo para el insulto? Yo creo que no y menos cuando le pueden destrozar la carrera y la vida a alguien tan joven.
Los jugadores, parece ser que todos se han unido con sus compañeros, y ellos sí me representan. También he de decir que muchos, muchos, muchos ingleses han recriminado los actos racistas y les da vergüenza el comportamiento de estos pocos compatriotas energúmenos xenófobos, en que la mayoría son tan cobardes que se esconden detrás de un nombre de usuario de las redes sociales.