En un restaurante de un lugar hispanohablante, se encuentra nuestro amigo Joey, un británico que le encanta viajar y practicar su Español.
- ¿Qué le pongo para beber?
- Un café con leche y un vidrio de agua.
- ¿Un vidrio de agua? ¿Querrá decir un vaso de agua? - Preguntó el camarero con mano izquierda.
- Uy sí, disculpe, ¡qué situación tan embarazada!
El camarero soltó una leve sonrisa sabiendo que se refería a una situación embarazosa, pero prefirió abstenerse de corregirlo.
- ¡Muy bien! Y para comer… ¿qué le pongo?
- Pues querría una tostada con mantequilla y preservativo de fresa.
Aquí el camarero se quedó mirando a Joey… Pensativo… No sabía si le estaba tomando el pelo o era un error de traducción genuino. <<Espero que se refiera a mermelada de fresa>>, pensó. Quiso asegurarse.
- ¿Preservativo? ¿Quiere usted decir mermelada?
- No, no quiero marmalade, me parece muy amarga.
Ahora sí que el camarero no entendía nada. Para Joey, mermelada es “marmalade”, que es de naranja. Joey quería la de fresa, strawberry preservative o jam. Era momento de sucumbir a la frustración y sacar el teléfono.
- Traductor: “Mermelada de fresa”
En lo que Joey le confirmó al camarero.
- Correcto señor, quiero mermelada de fresa. La típica, de naranja, no me sienta muy bien, podría acabar constipado.
El camarero no quiso cerciorarse de cómo podría resfriarse por comer mermelada de naranja, tenía lo que necesitaba, el pedido de Joey, asintió con la cabeza y fue a la barra para preparar la comanda.
Joey, por otro lado, se quedó pensando en aquella vez que, de niño, estuvo malito del estómago (constipated) por comer el sándwich favorito de Paddington Bear, el de mermelada de naranja o, simplemente, marmalade.